Esta es una de esas reformas que da gusto hacer: Un piso pequeño y totalmente exterior a renovar por completo, con un joven y encantador cliente que confía en nuestro buen hacer dejándose asesorar.
Encontrar la sierra de Anboto al otro lado de las ventanas no es algo que pueda pasarse por alto. Tampoco puede obviarse algo tan fundamental como el bienestar de quien vaya a habitar una casa. En consecuencia, la fórmula ganadora pasa por sustituir las ventanas, ampliándolas en lo posible y dotándolas de prestaciones térmicas y acústicas, así como por aislar la envolvente tanto en fachadas como en techos. Y si a todo ello le sumamos un sistema eficiente de baja temperatura como el suelo radiante y una caldera de condensación, quedan asegurados tanto el confort como el ahorro.
Los espacios principales se conciben abiertos pero diferenciados entre sí, gracias a los acabados en colores luminosos y la estética industrial de la estructura, que queda vista. La cocina y el baño, de líneas puras y colores neutros que no pasen de moda. En el pavimento de los balcones, un toque divertido. En resumen, un resultado limpio, sencillo y juvenil para un cliente satisfecho.